El precepto religioso de la abstinencia cuaresmal, también llamado "vigilia" o "comer de vigilia", es el fundamento del origen de una gastronomía propia de este tiempo, al que con el paso de los años se le han ido añadiendo una serie de motivaciones tradicionales a las que, por supuesto, también hay que unirle la más importante y que es la riqueza culinaria de nuestra tierra, formando lo que se puede denominar gastronomía cuaresmal.


Al iniciarse la Cuaresma toda la Región de Murcia entra en ebullición semanasantera. Murcia, Cartagena, Mula, Jumilla, Cehegín... son un hervidero de actos, convocatorias, traslados, recogidas, preparación de túnicas, caramelos... todo envuelto en un aroma de azahar. También es una nota importante las tradiciones culinarias cuaresmales, y en estos días hacemos resucitar las recetas de estos días de Semana Santa.

Un buen potaje de Cuaresma, un buen bacalao con tomate, bonito con tomate, boquerones, hueva con almendras, unas habas, unos paparajotes, torrijas.... son algunos de los platos de estos días. Abstengámonos en Cuaresma de comer tanto producto cárnico. Le haremos un bien a nuestro cuerpo y posiblemente a nuestro espíritu.
Estos son algunos de los platos mas típicos de nuestra región:
Potaje de garbanzos con bacalao
Albóndigas de Bacalao
Ajo colorao
Alubias con almejas
Arroz Caldero
Arroz y verduras
Arroz con bogavante
Bonito con tomate
Buñuelos de Bacalao
Caballitos
Ensalada de alubias y mojo
Ensalada Huertana con huevo cocido
Ensalada murciana
Verduras a la plancha
Pastel de Cierva
Buñuelos
Buñuelos de la abuela
Buñuelos de Manzana
Buñelos rellenos
Leche Frita
Mona de Pascua
Paparajotes




Jueves Santo estuvimos en Cartagena.
Impresionante muestra de amor y fe, sentimiento cristiano y severo respeto en la última procesión de los cofrades californios en la procesión del Silencio y Santísimo Cristo de los Mineros. En el interior de la iglesia y antes de la salida de la procesión es leído el Reglamento que ha de regir la misma. La oscuridad total y el silencio se apoderan de las calles de la ciudad, el tintineo del golpeo de los cristales de los hachotes es el único ritmo que marca el paso penitencial, acompañado de saetas que salen de las gargantas henchidas de sentimiento popular acompañan el paso, imponente, del Ecce Homo. La Santísima Virgen de la Esperanza es despedida ante la puerta de Santa María, poniéndole excepcionalmente broche de oro, con la última salve popular de los de la hermandad encarnada.